¿Cuál es el verdadero valor de las cosas?

¿Alguna vez les pasó no comprender porqué una cosa más simple o de peor calidad que otra cuesta más cara? Un claro ejemplo son los muebles viejos, rayados y despintados que se venden más caro que los nuevos debido a que son “vintage” (algo que vuelve a estar de moda). Otro ejemplo es la gaseosa “cola” que tiene un precio superior que el agua mineral aunque las diferencias de calidad son abismales a favor del agua.

CocaReal

Bien, con esto se demuestra que la confección del precio de venta de un producto no se fija de forma objetiva, sino de forma subjetiva. En realidad no se establece el precio agregándole un porcentaje de ganancia al costo real del producto, sino que se utilizan otros factores. Muchas veces ni siquiera importa el costo.

Los precios se establecen de forma subjetiva a través de la teoría del valor. Esto es que para cada persona, cada bien tiene diferente valor y no está relacionado directamente con el costo real que haya tenido el producto, sino con el nivel de satisfacción que le da ese producto a la persona.

Por ejemplo, si en un sorteo me gano una entrada a un espectáculo (que la tengo que consumir solo yo, sin posibilidad de venderla) a elegir entre dos opciones y una es un partido de fútbol de la libertadores de Racing y la otra un recital de Arjona en primera fila, yo eligiría la entrada al partido de fútbol por más que el precio sea menor (Aproximadamente $450.- vs $1500.-). Esto no se debe a que no sepa distinguir los precios de un producto y el otro, sino que el nivel de satisfacción producido por el partido es mayor que el producido por el recital.

Así, mientras mayor percepción de satisfacción tenga un producto para una persona, a mayor precio se podrá vender. Entoneces, el verdadero valor de las cosas no es el precio que puso el vendedor, sino el nivel de satisfacción que nosotros percibimos.

Más adelante, podremos hablar de otra forma de fijar precios: por estrategia (producto perro, estrella, vaca lechera e interrogante)..

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